¿Por qué desvirtúan a la política? ¿Por qué arrebatan la esencia que conlleva la política como ciencia social de servicio? Los políticos, con sus hechos y actitudes pretender normalizar la mitomanía, la soberbia, el desquite, la diatriba y, una variopinta relación de faltas, errores y delitos, aprovechándose de la inmunidad. ¿ por qué utilizan, como plataforma de autodefensa, la reacción agresiva, la revancha, la intolerancia, la amenaza, la venganza?
Pensarán ingenuamente que, con estas actitudes bravuconas, podrían encubrir la corrupción que ya hizo metástasis en el país, hace varias décadas.
Los analistas políticos invitados a los medios de comunicación, coinciden en la aseveración que, en ningún otro gobierno, el Poder Legislativo, ha absorbido a los demás poderes del Estado y, menos, ha direccionado sus acciones, con objetivos, absolutamente lesivos para la democracia que dicen defender. Ahora se preocupan por su alimentación, incrementan su presupuesto, porque desean comer bien y muy rico. Piden productos de alto nivel proteico para degustar en las reuniones del pleno.
La ciudadanía se equivoca cuando elige, porque desconoce a los candidatos; es frecuente, en las campañas políticas, que ofrezcan todo aquello que es, fácil de decir, pero difícil de ejecutar. El candidato no explica a la colectividad, en qué consiste su plan de trabajo, ni quién es, ni de dónde viene. Lo único que ha aprendido, el candidato, es tocar la zona sensible y emocional del elector, después, le importa un rábano la desilusión del ciudadano.
Para las elecciones del siguiente año, seguramente, habrá movimientos nuevos, pero probablemente, sean conducidos por políticos antiguos, con todas las mañas conocidas. En este escenario, la ciudadanía, podría ser arrastrada por el discurso manido; especialmente en zonas donde la carencia de todo, es la principal vulnerabilidad; ahí, es donde resulta sencillo que prenda la persuasión vocinglera y astuta. A cambio de un voto, le entregarán un paquete de arroz, una botella de aceite; amén de otras pequeñeces y chucherías.
Ojalá que los candidatos que se presenten en las elecciones del siguiente año, no sean, otra vez, los improvisados y aventureros de la política. Lo que esperamos todos los peruanos es que, quienes salgan elegidos, tengan la autoridad moral de ejercer la gobernabilidad de nuestro país, con decencia. De lo contrario nos seguiremos preguntando: ¿Qué habremos hechos los peruanos para merecer los políticos que tenemos?