El presidente José Jerí encendió la escena política al afirmar que estaría dispuesto a desafiar leyes y tratados internacionales con tal de capturar a Betssy Chávez, asilada en la embajada de México. En entrevista con El Comercio, sostuvo que no descartaría ordenar un ingreso forzado al recinto diplomático para ejecutar el mandato judicial que impone cinco meses de prisión preventiva a la ex primera ministra. “No me limito y, si tiene que ingresarse a la embajada mexicana, se hará”, declaró.
Las palabras del mandatario contrastan con la postura oficial expresada días antes por la Cancillería y por el presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez, quienes descartaron categóricamente cualquier intervención violenta. Álvarez recordó que el Perú respeta plenamente el derecho internacional y las normas que protegen la inmunidad de las sedes diplomáticas. “No somos capaces de ejercer violencia contra ningún país”, afirmó en Canal N, marcando distancia del enfoque presidencial.
Jerí insistió en que existe una orden judicial vigente y envió un mensaje directo al gobierno mexicano, negando cualquier persecución política. Aseguró que, si Betssy Chávez abandona la embajada, será detenida de inmediato. “México sabe que, si sale, es capturada inmediatamente. Hay policías afuera y eso es visible”, señaló, responsabilizando al país norteamericano del resguardo temporal de la investigada.
El jefe de Estado también rechazó las declaraciones de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien denunció hostigamiento político. Jerí calificó esas afirmaciones como parte de una estrategia de defensa sin sustento y aseguró que ningún opositor es perseguido en el Perú. “Yo no soy un dictador y solo he cumplido con el mandato de la Constitución”, remarcó, reforzando su discurso de firmeza.
Mientras tanto, el entorno de la embajada mexicana atraviesa un clima de alta tensión. Tras el cambio de situación legal de Chávez, la presencia policial se incrementó notablemente y tres patrulleros permanecen instalados frente al recinto diplomático. El escenario ahora depende de decisiones diplomáticas, judiciales y políticas que podrían escalar el conflicto o desencadenar un choque sin precedentes entre Perú y México.
.jpg)
.jpg)
.jpg)
