Luego que José Jerí asumiera la presidencia de nuestro país, el Perú continúa con la fuerte ola de criminalidad. Según datos del Sistema de Información de Defunciones (Sinadef), entre el 10 y el 24 de octubre se reportaron 75 homicidios, lo que equivale a un asesinato cada cuatro horas. Lima, La Libertad y Callao concentran los casos más alarmantes porque la inseguridad sigue fuera de control.
En la capital, distritos como Ate, Comas, Bellavista y San Martín de Porres encabezan la lista de homicidios, mientras que regiones como Trujillo, Zarumilla y Huaura mantienen cifras críticas. El ingeniero Juan Carbajal, autor del análisis basado en Sinadef, precisó que “los números aún podrían variar debido a subregistros y retrasos en la actualización de la información”.
Frente a este escenario, el psicólogo y analista político Alberto Cornejo Jarufe, criticó la falta de una estrategia clara por parte del Ejecutivo.
“El aumento de criminalidad es porque el Estado no tiene un plan de acción en contra de la inseguridad, y las propuestas que ejecutan son simplemente un ‘maquillaje político’ para calmar los pedidos de toda la población del Perú”, expresó
AREQUIPA. El panorama se agrava en la Ciudad Blanca. El jefe de la División de Investigación Criminal (Divincri), coronel PNP Eduardo del Campo, alertó sobre el incremento de las extorsiones y denuncias vinculadas al crimen organizado. “En lo que va del 2025, ya suman 388 denuncias a nivel regional”, indicó, y añadió que la cifra sería mayor “por las víctimas que no denuncian por temor a represalias”.
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