La confianza en la Policía Nacional del Perú (PNP) se encuentra en su punto más crítico de los últimos diez años. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana y el INEI, solo el 14.2 % de los peruanos aprueba su labor en lo que va del 2025. La cifra refleja un profundo desgaste institucional en medio de denuncias por abusos, corrupción y crímenes cometidos por sus propios miembros.
A esta crisis de imagen se suman casos emblemáticos, como el asesinato del joven rapero Eduardo Ruiz “Trvko” y las violentas represiones en protestas ciudadanas. En paralelo, la Inspectoría de la PNP informó que casi mil agentes han sido detenidos este año por distintos delitos, desde violencia familiar hasta corrupción.
Para el exdirector general de la institución, Eduardo Pérez Rocha, el desprestigio nace dentro de la propia Policía. “Los transportistas dicen: ‘nosotros vamos y denunciamos, salimos de la comisaría y a los 10 minutos nos están mandando un mensaje diciendo por qué han denunciado’. Eso es lo que trae, a ciencia cierta, el desprestigio a la confianza que se debe tener una institución tutelar del Estado”, afirmó.
Rocha propuso retomar la función sancionadora inmediata de la Inspectoría para expulsar a los malos efectivos. “Eso va a tener como solución separar a los delincuentes uniformados en la PNP”, sostuvo. Además, recomendó recuperar el plan cuadrante y las juntas vecinales para fortalecer la cooperación con la ciudadanía.
El exministro del Interior, Wilfredo Pedraza, consideró que el problema también es político. “Muchos ministros, comandantes generales, paralización del proceso de compra de equipamiento, falta de interior al nivel de la policía, lo que genera una mayor corrupción, poco servicio a favor del país, todo eso hace que la mirada de ciudadanía sea negativa”, explicó.
Pedraza advirtió que el corto periodo del gobierno de transición limita las posibilidades de reforma, aunque ve margen para mejorar la imagen institucional. “Si se limitan a las visitas a las comisarías, al estado de emergencia o acciones simbólicas de esa naturaleza, la imagen policial va a bajar en el índice de aprobación”, resaltó.
Finalmente, el exministro instó a redefinir la lucha contra la extorsión y reforzar la presencia policial visible. “No se puede seguir afrontando la extorsión bajo los términos que hoy ocurren: recursos escasos, sin personal y sin tecnología”, planteó, subrayando que solo con resultados tangibles la ciudadanía podrá recuperar la confianza perdida.