La desesperación crece entre los vecinos de la urbanización Llavini, en la ciudad de Puno, quienes denunciaron que llevan más de dos semanas sin agua potable. Las familias aseguran que la falta del servicio afecta gravemente su salud, su alimentación y su higiene diaria.
“No podemos ni cocinar ni lavarnos adecuadamente. Vivimos con baldes y botellas”, expresó a ladecana.pe, una madre de familia visiblemente afectada.
Los pobladores indicaron que han acudido en varias oportunidades a la Empresa Municipal de Saneamiento Básico de Puno (EMSA Puno), pero no han recibido soluciones concretas.
En algunos casos —según relataron—, el personal técnico les habría solicitado comprar materiales como válvulas y tubos para acelerar la reparación. Sin embargo, la reposición del servicio no se ha concretado, y recién tras varios reclamos les enviaron una cisterna de emergencia.
El problema se concentra principalmente en el jirón Jerusalén, cerca de su intersección con el jirón Yungay, donde las viviendas permanecen sin suministro.
En contraste, otras calles de la zona no presentan dificultades, lo que ha generado malestar entre los vecinos por la aparente falta de equidad en la atención.
Más de 30 familias se ven directamente afectadas por esta situación. Los residentes exigieron una respuesta inmediata de las autoridades locales y de EMSA Puno, advirtiendo que la falta de agua potable constituye un grave riesgo sanitario para la población, especialmente para los niños y adultos mayores.