El Instituto Nacional Penitenciario (INPE), bajo la dirección de su presidente Iván Paredes Yataco, inició el denominado “apagón eléctrico” en los penales de su jurisdicción. La acción comenzó en el establecimiento de Lurigancho, marcando el inicio de una nueva estrategia de control en los centros de reclusión.
El operativo se activó a las 10:55 horas en el pabellón 11, donde policías penitenciarios recorrieron los tres niveles del recinto. El objetivo principal fue eliminar las conexiones irregulares que permitían el uso de artefactos eléctricos y tecnológicos no autorizados por la institución.
Bajo la dirección del director de Seguridad Penitenciaria y el subdirector de Seguridad de la Oficina Regional Lima, participaron 40 efectivos penitenciarios en la intervención. Se retiraron cables y enchufes de las celdas y áreas comunes para mantener el control total del suministro eléctrico.
Con el nuevo sistema, el INPE tendrá dominio absoluto de la energía en los penales. Solo se permitirá la iluminación en horarios restringidos y bajo supervisión, con el fin de garantizar un entorno más seguro, ordenado y libre de riesgos asociados al uso de aparatos prohibidos.
Durante la operación, se incautaron seis televisores, dos DVD portátiles, siete televisores portátiles, parlantes, controles remotos, cafeteras, hervidores, ventiladores y congeladores. Además, se inspeccionaron los techos para detectar antenas o conexiones ilícitas que pudieran facilitar comunicaciones con el exterior.