Tras el cierre de plazas para renunciar o afiliarse a un partido político, el Jurado Nacional de Elecciones nos mostró cifras que llaman la atención sobre la fragilidad de nuestro sistema electoral. Hablamos, por ejemplo, de más de 32 mil renuncias a pertenecer a determinada agrupación, es decir, de aquellos que dejan su tienda política por buscar un mejor porvenir de cara a los procesos electorales del 2026.
En el caso de Arequipa se tuvieron más de mil renuncias a organizaciones políticas. En ese camino, se estima que aquellos que renunciaron buscaban integrarse a otra agrupación. Todas las movidas fueron evidenciadas los últimos días.
A esto debemos sumar la alta cantidad de agrupaciones inscritas y que potencialmente participarán en la lid electoral. La oferta es variopinta en grupos y personas a participar en las elecciones.
También merece un análisis aparte la alta cantidad de idas y venidas al interior de cada agrupación. ¿Es que, acaso, se sienten tan descontentos que terminan yéndose de su partido? ¿Tienen mejores ofertas que los desvían del interés en la sociedad para priorizar su beneficio personal? Solo ellos lo saben.
Aunque faltan casi dos años para las elecciones generales y luego las municipales y regionales, lo cierto es que con cada paso del cronograma electoral nos damos con ciertas sorpresas. Bajo este escenario será mejor que cada elector tome conciencia de estas situaciones para saber a quién elige y las promesas que debe cumplir. De lo contrario tendremos que lamentarnos nuevamente por elegir mal a quienes llevan las riendas de nuestro país.