Un nuevo feminicidio se produjo este fin de semana en Arequipa. La víctima fue atacada y su agresor se lanzó del tercer piso de la vivienda donde ocurrió el hecho para tratar de evadir a la justicia. Sin embargo, tras curarse de sus lesiones, afrontó su fatal decisión de asesinar a la mujer que juró amar y ahora purga prisión preventiva por 12 meses tras la medida dictada por la Corte Superior de Justicia de Arequipa.
Lamentablemente el índice de feminicidios está creciendo de manera exponencial y lo más probable, tras ver las cifras del Ministerio de la Mujer concernientes al año pasado, es que superemos lo ocurrido en el 2022.
En ese contexto, resulta también lamentable que la víctima haya contado con medidas de protección. Incluso el Poder Judicial dispuso la instalación del botón del pánico en el celular de la fallecida. Tal vez con un mayor asesoramiento y apoyo de la sociedad en general, la mujer pudo adoptar más medidas para evitar este nuevo ataque fatal. Además, este caso señala que la violencia no es exclusiva de un sector de pobreza sino de todas las condiciones económicas.
Como este acontecimiento, son cientos de casos a nivel nacional donde la violencia sigue ganando terreno y acaba con consecuencias lamentables. Ante ello debemos decir que existe el marco normativo para proteger a quienes son afectados por este problema y buscan la protección del caso.
Sin embargo debemos decir que no solo depende de los operadores de justicia el lograr que se frene la ola de violencia en los hogares. Esta situación depende de toda la ciudadanía y el compromiso es necesario para que cada vez hayan menos víctimas.
Si conocemos a alguien cercano que tenga este problema debemos dar el acompañamiento necesario, en la medida de nuestras posibilidades, para lograr un avance en nuestra sociedad.