Este fin de octubre terminó la semana de la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI) que celebra la Unesco, para fomentar el pensamiento crítico y responsable en los ciudadanos frente a la información de los medios de comunicación, en alianza con diferentes organizaciones se realizaron talleres, mesas de análisis y un simposio.
El objetivo es uno solo: avanzar en la educación de medios, dotando a la población de competencias que le permitan relacionarse críticamente con los mismos, entregándoles herramientas para reconocer que hay detrás de la noticia que reciben, revisar y confirmar fuentes, verificar la veracidad de la información, compartir información de manera responsable y finalmente distinguir cuales son los medios veraces en los que se puede confiar.
Es un gran desafío. Aquí avanzamos lento, hace falta una política de Estado y el compromiso de implementar un modelo AMI inclusivo que considere la diversidad cultural de nuestro país y avancemos en la solución de nuestras crisis provocadas por la creciente ola de desinformación, que genera controversia, inestabilidad, polarización y nos lleva a un escenario de desconfianza y caos permanente.
En Finlandia confían en sus medios de comunicación y sus políticos, hace más de una década a sus ciudadanos se les enseña en toda su etapa escolar y en todas sus asignaturas, sobre el lenguaje de los medios, videos, audios y redes sociales y cómo relacionarse con ellos.
La AMI es transversal, desde pequeños se les dota de habilidades que les enseñe a ser recelosos con la información que reciben, aprenden estrategias para reconocer cuándo se les quiere manipular, se les enseña que no hay verdad absoluta, que hasta las estadísticas se pueden manipular.
Desde el Instituto Nacional Audiovisual de Finlandia, organismo del Ministerio de Educación y Cultura, se enseña a la población escolar finlandesa que detrás de todo lo que se ve, hay alguien que lo ha hecho, que en lo que se cuenta y difunde, entra en juego siempre el criterio personal de quien produce la información y quien decide difundirla.
En primaria se les explica el proceso de elaboración de un artículo, se les enseña a hablar con los protagonistas, a recoger distintos puntos de vista y documentarse, el objetivo es que entiendan que los ciudadanos pueden ser fácilmente influenciados, cuentan con más de un centenar de organizaciones velando por la calidad de la información que se difunde. Bien nos haría aprender de ellos e imitarlos.