Ha transcurrido una semana desde que culminó el estado de emergencia debido a la inseguridad ciudadana en Arequipa. Fueron 20 días en los cuales nuestras autoridades incrementaron las medidas para contrarrestar la ola criminal con algunos resultados positivos.
Frente a esta situación existen varias críticas de especialistas y empresarios de que el pedido de 20 días no tuvo resultados y lamentan que fue insuficiente y lamentan que algunas autoridades pidan ampliar la emergencia por el resto del año como sugirió el alcalde distrital de Miraflores. Sin embargo, el Gobierno central no ha dado una respuesta clara acerca de este pedido y por el contrario, está priorizando la preocupación en asuntos vinculados a acusaciones de corrupción en los círculos de poder.
Recordemos que la ola de inseguridad no culminará con solo una simple declaratoria, pues se necesitan medidas de todo tipo para poder enfrentar la delincuencia que actualmente no cesa en torno a las diversas actividades productivas de Arequipa. A 8 días de haber culminado el estado de emergencia, la situación parece no haber cambiado, ya que continúan los actos delincuenciales y afectaciones a la propiedad.
Vale señalar que una de las prioridades de nuestros gobernantes debe ser velar por la seguridad de la población. Esa consigna debe guiar, pues no podemos hablar de reactivación si es que no contamos con la debida tranquilidad para la realización de diversas actividades productivas.
Tal vez el hecho que la pobreza haya crecido fuera influido por el incremento en la ola de criminalidad. La inseguridad también es considerado un factor externo para que no se fomenten más actividades productivas económicas que ayuden a fomentar el empleo y la generación de recursos junto a la inversión. Esperemos que esta realidad cambie con o sin declaratoria de emergencia.