El Gobierno no terminaba de sacudirse del escándalo por presunta corrupción cometida por el hermano de la presidenta, Nicanor Boluarte, para conseguir diversos favores dentro del aparato estatal, ahora surge una nueva irregularidad que pone en tela de juicio a nuestra mandataria. Hablamos de una intervención quirúrgica realizada en el rostro y que al parecer originó que la jefa de Estado se ausente del poder por cerca de dos semanas, sin ninguna explicación previa ni procedimiento a cumplir en caso de ausencia del poder.
Hasta ahora resulta prácticamente innegable la intervención quirúrgica que se habría realizado Dina Boluarte, pues diversos especialistas compararon fotografías de antes y de ahora viendo un cambio en las facciones faciales de la mandataria. Por más que el entorno del Ejecutivo haya dicho que su ausencia se debió a otros motivos de salud, lo cierto es que la duda crece contra la presidenta.
Aquí, además de hablar de un extremo secretismo de alguien que está a cargo de las riendas de un país, hablamos también de un posible vacío de poder que se habría generado durante el período en el cual Dina Boluarte no estuvo atendiendo sus labores propias de una jefa de Estado. Algunos analistas señalan que debió solicitar una especie de permiso por salud que, al igual que con otros trabajadores, originaba su ausencia obligada de la presidencia y por lo tanto se debía encargar la misma al titular del Congreso.
Sin embargo, nada de ello pasó y, por el contrario, durante esos días no hubo agenda presidencial y literalmente el país estuvo en piloto automático, algo que no está contemplado en la Constitución ni en algún otro protocolo especial. Lamentablemente, a esto se suma la falta de transparencia desde Palacio de Gobierno, lo cual tampoco suma al momento de tener una confianza en la presidenta Dina Boluarte.
Habrá que ver qué tanto desgastan todos estos problemas al Ejecutivo que ahora, además de un hermano de la presidenta extremadamente entrometido junto a un Congreso con esfuerzos débiles en tratar de defender la estabilidad política, tiene a una mandataria que se hizo algunos “retoques” sin medir las consecuencias de sus actos. Boluarte olvidó que no tiene vida privada.