Ingresamos al Viernes Santo con diversos hechos que nos obligan a mantener una actitud de reflexión. Además de pensar en Jesús y el sacrificio que hizo por nuestros pecados, bien merece pensar en las siete palabras que expresó en su recorrido a la crucifixión.
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, es un llamado a pensar en quienes lamentablemente hacen daño a quienes los rodean sin pensar en las consecuencias. En medio de tantas dificultades no debemos olvidar que el perdòn ayuda a sanar y que sigamos adelante.
“Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso” que equivale a pensar en un futuro mejor a pesar de los problemas que atravesamos en el presente.
“Mujer, he ahí a tu hijo. Hijo, he ahí a tu madre”, que busca siempre demostrar el amor de Jesús por nosotros para poner a su madre como nuestra protectora y quien intercede por el mundo.
“Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”, equivale al sentimiento que podemos tener en los momentos difíciles. Pensamos que todo nos ha abandonado, pero en las circunstancias más complicadas es lo más importante no perder la fe.
“¡Tengo sed!”, que muestra esa necesidad de alimentarnos no solo de lo material sino en lo espiritual. Se trata de la sed de justicia, de amor, de respeto y demás valores humanos.
“Todo está consumado”, frase en la cual se muestra que lo peor puede pasar y que debemos mirar hacia el futuro con las bases firmes sobre el piso.
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, resume el hecho de siempre apoyarnos en el creador para seguir luchando en la vida. No olvidemos estas frases y sigamos con mira en el futuro.
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