La muerte del papa Francisco fue un hecho histórico especialmente para el mundo católico donde se resalta que fue el primer papa latinoamericano, además que tomo el nombre de un santo que se caracterizo por su humildad y servicio, esa fue una de las principales características que tuvo durante su pontificado dejando una gran lección que la única forma de poder convivir y crear una sociedad pacifica es poniendo en práctica el valor de humildad, eso nos hace más humanos, nos da la capacidad de desarrollar la empatía para poder entender a los demás, quizá en su momento no reconocimos muchos de los actos del papa y a veces nos dedicamos a juzgar o malinterpretar sus acciones acercándolo a un liberalismo y otros a un comunismo. Lo cierto que la humildad no tiene ideologías y su único objetivo es hacerse pequeño frente a los demás no importando los cargos que podamos ostentar, ya que nuestros logros deben estar siempre para el servicio de los demás, sino no tendría sentido pregonar la palabra de Dios quien dejo su condición divina para hacerse hombre y convivir con nosotros.
El papa Francisco nos deja la lección de que el servicio es algo que siempre lo debemos practicar dejando a un lado la soberbia, el egoísmo, para que podamos tener una sociedad justa, equitativa y honesta, construyendo un mundo más humano que nos permita buscar nuestra felicidad y la de otros, es hora de entender que los hombres no podemos destruirnos unos a otros, ya que nuestra misión es construir y no destruir, ser instrumentos de pacificación para un mundo mejor, poner nuestras capacidades al servicio de los demás, buscar una justicia objetiva que satisfaga a la sociedad dando a cada quien lo que le corresponde.
Otra lección que nos deja es que estamos acostumbrados a criticar y juzgar a los demás, el mismo pontífice nos recordó quienes somos nosotros para juzgar, nuestra misión es buscar la felicidad mediante conductas correctas, buscar la reflexión, el arrepentimiento, el cambio y acercarnos a una vida perfecta que nos permita tener la conciencia limpia y ser parte de una nueva civilización del amor. El liderazgo no es sinónimo de sujeción a los demás, es una responsabilidad que uno asume para conducir a sus seguidores al camino del bien, poniendo de manifiesto el servicio desinteresado, la búsqueda permanente del bien común y eso lo realizo permanentemente Francisco I, impregnando el verdadero concepto de liderazgo que no es más que ser responsable en sus acciones y la búsqueda permanente de ser parte de la solución de problemas.
En estos últimos tiempos son pocos lo lideres que tenemos, ya que la mayoría en el mundo son personas que solo buscan el poder para enriquecerse, debemos mirar atentamente el gran ejemplo que nos dejaron Juan pablo II y ahora Francisco I, los lideres deben generar confianza, y buscan el desarrollo de los demás, hagamos votos para que el próximo Papa continue con este gran legado y ejemplo que nos deja nuestro Pontífice.