En las últimas horas ha causado indignación la noticia sobre el gasto de dinero que ha hecho el Congreso de la república en la elaboración de un cuadro en homenaje a su expresidenta María del Carmen Alva. Hablamos de más de 9000 soles que ha costado preparar este reconocimiento a la legisladora de Acción Popular.
Lamentablemente este y otros gastos están en el ojo de la tormenta. Se mantiene la consigna de preguntar si existen otras prioridades que sí deben ser atendidas en beneficio de la población antes que elaborar cuadros o, en otros casos, comprar alfombras caras o implementar frigobares. Ello también se ve reflejado en los altos índices de desaprobación que tiene el poder Legislativo ante la ciudadanía y que se vieron reflejados en los últimos sondeos de opinión.
Resulta aún más criticable el hecho que la legisladora también se encuentra en el ojo de la tormenta por algunos hechos vinculados a su relación con colegas parlamentarias. Recordemos los casos de Francis Paredes y de Isabel Cortés, quienes atravesaron episodios en los cuales su colega parlamentaria las terminó ‘jaloneando’ del brazo ante la mirada de otros legisladores y de los medios de comunicación que, sorprendidos, contemplaban los extremos a los cuales puede llegar el carácter de algunas personas. Aunque los hechos no pasaron a mayores pues no se siguieron procesos sancionatorios contra la legisladora de Acción Popular, lo cierto es que la crítica está porque no hay un mea culpa y por el contrario pareciera que es premiada por solamente haber presidido el Congreso cosa que han hecho otros legisladores cada año.
Como decíamos al inicio de esta columna sería bueno evaluar qué otros gastos se pueden realizar y deben ser priorizados por parte de los parlamentarios antes que reconocimientos y desembolsos que podrían considerarse hasta ostentosos.