La naturaleza nos vuelve a tocar en lo más profundo demostrando que si nos encuentra mal preparados puede traer consecuencias más que lamentables. Ahora le tocó el turno a Huaral donde dos deslizamientos de tierra han dejado al menos dos muertos y cinco desaparecidos.
Esto ocurre a poco más de dos meses que sucesivos deslizamientos de tierra arrasaran con todo a su paso en la localidad de Secocha y aledaños en la provincia arequipeña de Camaná. Las cifras que arrojan estos desastres suman más de 40 muertos que sucumbieron a la furia de la naturaleza.
Esto nos muestra que lamentablemente y a pesar de las sucesivas desgracias en todo el país, los deslizamientos y otros desastres naturales no dejan de repetirse. La falta de prevención origina que los poblados ubicados en zonas de riesgo no cuenten con el debido apoyo de las autoridades para buscar protegerlos de alguna manera.
Si analizamos ejemplos recientes, Ingemmet advirtió que el poblado de Secocha se había instalado peligrosamente en una zona de riesgo donde ingresarían los deslizamientos de tierra en cualquier momento y así pasó en febrero. Las advertencias estuvieron ahí desde hace muchos meses y las autoridades no reaccionaron en el momento.
Ahora ocurrió en Huaral donde previamente se había advertido que la zona era muy proclive a recibir el embate de la naturaleza. Así seguirá ocurriendo los próximos meses si es que ninguna autoridad se preocupa en el antes en lugar del después. Las acciones de entrega de ayuda son muy loables pero más destacable sería que el mismo o mayor interés se pusiera en advertir permanentemente a la población de no ocupar zonas de riesgo y trabajar en proteger los lugares con mayor debilidad ante la naturaleza.