Los oleajes anómalos en la costa peruana son un fenómeno recurrente que pone en riesgo la vida de quienes se acercan a las playas y afecta la infraestructura costera, por ende la economía local. En años anteriores, fuimos testigos de episodios devastadores, como el ocurrido en 2017, cuando se reportaron más de 20 muertes y numerosos heridos debido a la imprudencia de personas que ignoraron las advertencias.
La naturaleza es impredecible y los oleajes anómalos son un recordatorio de su poder. En 2021, se registraron oleajes que alcanzaron hasta 4 metros de altura, lo que llevó a la suspensión de actividades en varias playas del país. A pesar de las alertas emitidas por el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), muchas personas continuaron acercándose a la orilla, ignorando el peligro inminente. La falta de conciencia sobre estos fenómenos puede tener consecuencias fatales, y es nuestra responsabilidad como ciudadanos actuar con prudencia.
Es alarmante ver como, en medio de situaciones de riesgo, algunos optan por filmar y compartir en redes sociales, exponiéndose a peligros innecesarios. La búsqueda de likes y visualizaciones no debería estar por encima de la seguridad personal. Las imágenes impactantes pueden atraer la atención, pero el costo puede ser demasiado alto. La vida no tiene precio, y un momento de imprudencia puede llevar a tragedias que afectan no solo a la víctima, sino también a sus seres queridos.
Las autoridades deben intensificar sus esfuerzos en la educación y concientización sobre los riesgos asociados con los oleajes anómalos. Campañas informativas en medios de comunicación y redes sociales pueden ayudar a difundir mensajes claros sobre la importancia de mantenerse alejados de las zonas de peligro. Además, es fundamental que se refuercen las medidas de seguridad en las playas, como la instalación de barreras y la presencia de salvavidas, para proteger a la población.
En conclusión, los oleajes anómalos son un fenómeno natural que exige respeto y precaución. La historia nos ha enseñado que la imprudencia puede tener consecuencias devastadoras y es hora de que la población tome conciencia de ello. Evitemos exponer nuestras vidas.