Hay fechas que el mundo católico no puedo soslayar, porque se trata de acontecimientos muy significativos que se derivan de la profunda fe en Cristo. El 13 de marzo del año 2013, se inició una nueva etapa de luz en la Iglesia Ecuménica, con Jorge Mario Bergoglio Sívori, quien a los 76 años, fue elegido papa Francisco I.
Su muerte se produjo, el domingo 20 de abril 2025, coincidentemente con el Domingo de Resurrección. El papa Francisco , nacido en Argentina el 17 de diciembre del año 1936, falleció a los 78 años de edad. Desde aquel instante el universo de fieles católicos de todo el planeta, tras reconocer las acciones de su gestión, no pueden silenciar su consternación y gritan: El mundo enfrenta una orfandad, luego de la partida de Francisco, en su viaje hacia la gloria.
En su condición de sacerdote jesuita, diseñó su misión guiada por los evangelios de Cristo, para conducir a su rebaño, con una nueva visión teológica destinada a defender el medio ambiente, luchar por la justicia social, defender la vida, gestionar incasablemente la paz en el mundo y contribuir a resolver el crónico problema de la pobreza en la humanidad, pobreza cruel que engendra hambre, desigualdad, miseria, flagelos que atormentan al mundo menos afortunado del planeta.
Luego de asumir el cargo, aparecieron detractores que pretendían eclipsar la valiente y decidida actitud del nuevo Papa, el primero de Latinoamérica. Era necesario arreglar la casa por dentro; increíblemente, ahí estaban los más duros opositores. Reorganizar las interioridades de la Iglesia, debió ser una decisión urgente; el Papa Francisco la tomó. El Papa encontró una corrupción diseminada, con malas prácticas en el manejo de la economía en el Vaticano. Poner atención a las denuncias en contra de acciones de religiosos aprovechadores y pedófilos, fue también el gran reto del Papa Francisco, por enfrentar ese mal que se iba convirtiendo en metástasis.
Después de un largo período de investigación, en un proceso lento, pero seguro, consiguió la disolución del Sodalicio que tantos delitos y abusos cometió. Fueron luchas persistentes de periodistas que, finalmente, lograron se haga justicia. Capítulo aparte, merecen las acciones del papa, concordantes con la teología de la liberación que promovió el padre Gustavo Gutiérrez, teólogo que criticó duramente el estado de pobreza y esclavitud de los pueblos latinoamericanos, postrados y oprimidos.