La medalla de bronce obtenida por Stefano Peschiera en los Juegos Olímpicos de París 2024 fue sentida como de oro por nuestro país. El Perú, de esta forma, volvió a un podio olímpico luego de 32 años (JJ.OO. Barcelona 92) y fue la alegría para el resto del continente que aplaudió la alegría nacional.
Sin embargo, hay varios temas por analizar detrás de este logro. Tal vez las palabras de los familiares de otro deportista de élite, Alonso Correa, serían un buen reflejo de análisis. Ellos, tras la participación del surfista peruano que se quedó a muy poco de obtener medalla, pidieron al periodismo y la comunidad en general prestar atención a otros deportistas con posibilidades.
No solo Stefano Peschiera marcó su nombre en la historia deportiva. Así lo hicieron otros atletas que llegaron sin mucho marketing a París y se están yendo con un nombre más reconocido. Evelyn Inga agarró diploma olímpico tras ser octava en los 20 kilómetros de marcha. Kimberly García y César Rodríguez quedaron cuartos y a escasos 18 segundos de la medalla de bronce en marcha con relevos. Una meritoria actuación considerando los problemas que tuvieron cuando compitieron individualmente.
A ellos debemos sumar a Alonso Correa, cuarto en surf por decisiones más que controversiales de los jueces. También María Belén Bazo quedó cuarta en windsurf femenino (a 4 segundos del podio). Finalmente, Nicolás Pacheco se ubicó sexto en tiro (skeet masculino). A ellos debemos sumar al resto de 26 deportistas que conforman nuestra delegación. Para todos ellos va este homenaje.
No solo el Estado está en el deber de seguir apoyando. También la empresa privada puede dar más ayuda. Si, con el respaldo actual, tuvimos una medalla y cinco diplomas olímpicos, hay razones para pensar en que más preseas pueden venir para un país que tiene mucho que dar en todas las disciplinas deportivas.