A una semana de su inauguración, el nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez sigue siendo objeto de fuertes críticas por parte de expertos en arquitectura y urbanismo. La principal observación apunta a su diseño, que, lejos de reflejar la riqueza cultural de nuestro país, fue calificado como un espacio frío y sin identidad. Según el Colegio de Arquitectos del Perú, la estructura del terminal aéreo se asemeja más a un almacén industrial que a una obra emblemática que represente la diversidad y el patrimonio nacional.
Las críticas no solo se centran en la estética del aeropuerto, sino también en la falta de consulta con especialistas durante su planificación. La decana del Colegio de Arquitectos, Lourdes Giusti, señaló que ni el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ni la empresa concesionaria solicitaron una opinión técnica sobre el diseño.
Además de los cuestionamientos sobre su diseño, el aeropuerto enfrenta problemas operativos en sus primeros días de funcionamiento. Se reportaron demoras en vuelos, fallas en la infraestructura y filtraciones de agua en oficinas, lo que deja malestar entre los pasajeros. La falta de una vía clave para la pista de aterrizaje y la congestión en los controles de seguridad son señaladas como deficiencias que afectan la experiencia de los viajeros.
A pesar de las críticas, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha minimizado los inconvenientes, asegurando que el aeropuerto está en buenas condiciones y que los problemas forman parte de un proceso de adaptación. Sin embargo, la percepción general es que el nuevo Jorge Chávez perdió la oportunidad de convertirse en un símbolo de la identidad peruana, dejando una primera impresión que no transmite la riqueza cultural del país.
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