Opinión

Nos quedamos todos

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DIARIO VIRAL

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Empezamos la semana con una deslucida marcha el sábado 5 de noviembre, supuestamente en contra del gobierno de Castillo. Y digo que fue deslucida porque para la ingente cantidad de dinero que maneja la DBA pudieron haber contratado más buses o hubieran pagado a más gente para que asista, al parecer la tacañería sigue siendo su bandera. La semana pasaba y teníamos al Premier presentando un documento solicitando al Congreso poder tener un espacio en el próximo pleno para presentar una cuestión de confianza, la primera del gobierno de Castillo. En un trámite ultraveloz, el presidente del Parlamento respondió que no correspondía dicha cuestión de confianza (¿negación fáctica?, ¿recuerdan?). Casi al cerrar la semana, el Premier vuelve a insistir en solicitar permiso para acudir al Congreso para plantear la misma cuestión de confianza. La semana cierra con una marcha mucho más deslucida y minoritaria que la convocada por la DBA; en esta ocasión, supuestamente la gente marchaba a favor del gobierno de Castillo.

¿Habrá alguien con dos dedos de frente que aún considere en serio que Castillo y compañía se queden hasta el 2026? Pues, aunque usted no lo crea si hay gente que desea ese escenario: los congresistas, para ser más precisos: la oposición, la DBA. Quieren que Castillo se quede y con él, también ellos mismos. Las minoritarias marchas del sábado 5 y del jueves 10 muestran que pocos quieren que se vaya Castillo y los congresistas por separado; sin embargo, estoy seguro que si se convoca a una marcha con el logo “Que se Vayan Todos”, ésta sería multitudinaria. ¿Por qué pienso que la oposición de la derecha no quiere se vaya Castillo? Si nuestros congresistas realmente quisieran a Castillo fuera, hubieran aceptado la propuesta del Premier, se hubiera rechazado la cuestión de confianza y habrían eliminado a uno de los principales actores de este gobierno: Aníbal Torres. Sin Torres, seguro que el régimen de Castillo tambalearía. Pero esta primera negación de confianza conllevaría a que Castillo esté más cerca de tener los elementos constitucionales para cerrar el Congreso, el gran temor de la DBA: quedarse sin trabajo.

La política es una cosa y el derecho es otra. Varios constitucionalistas dicen que la solicitud de cuestión de confianza presentada por el Premier “no es legal”. ¿Acaso las decisiones políticas son legales? En este, nuestro Congreso, la ley se aplica antojadizamente, nunca a todos por igual. La única ley que impera es la de los votos y la dictadura de la mayoría. Si realmente hubieran querido deshacerse de Castillo, hubieran censurado a Torres. Pero no lo hacen, les conviene que el enemigo (Castillo) esté siempre ahí. No existe bien sin mal, ni Dios sin diablo. La consigna es: Que nos quedemos todos.

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