“Arequipa se convertirá en la capital de la calidad educativa, para ello el Estado tiene que invertir en educación”, fue una frase de impacto que dijo el gobernador Rohel Sánchez al inicio de su gestión, esas palabras guardadas en la memoria de los arequipeños fueron creídas por miles de escolares, docentes y padres de familia.
A más de 15 meses de gobierno de Sánchez, esa promesa está muy lejos de cumplirse. Excusas hay innumerables, contradecir a los funcionarios del Gobierno Regional de Arequipa (GRA) es un pecado, para sus multiversos, este 11 de marzo, los colegios públicos de Arequipa abrirán sin complicaciones exageradas.
Para muestra un botón, hay 101 fichas técnicas con pedido de ayuda para arreglar colegios dañados en la región y el GRA solo acude a inspeccionar a unos 30, eso no quiere decir que los arreglará a todos.
Las lluvias ocurren todos los años y siempre golpean las débiles infraestructuras de los colegios (sean antiguos o modernos), el plan de prevención es escaso. Saben que afectarán los techos con filtraciones, pero no hay personal que inspeccione o que exija a los obreros a dejar obras adecuadas.
No solo hay problemas de infraestructura, sino tampoco tienen mobiliario básico como son las carpetas, incluso como en el Micaela Bastidas, tienen muebles de inicios de siglo.
Otro inconveniente es que en varios colegios estarán hacinados los escolares y también estudiarán en aulas prefabricadas. Un lamentable ejemplo es el único colegio politécnico de Arequipa, el Rafael Loayza, en ese lugar los docentes y director tienen que resolver sus propios problemas de terreno, no hay autoridad que se interese en darles la mano. Lamentablemente, el 11 de marzo, veremos más malestar en el inicio del año escolar que niños y adolescentes contentos de volver a estudiar.
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