Dina Boluarte olvidó que fue parte del partido Perú Libre de Vladimir Cerrón. Los comunistas y progresistas olvidaron que promovieron su candidatura, con Pedro Castillo a la cabeza. Dicen que Boluarte protege a Cerrón. Mi columna sostiene lo contrario. El dueño de Perú Libre sabe como protegerse por cuenta propia.
Entrenado en Cuba, Cerrón hace política pensando en el largo plazo aprovechándose de las coyunturas y las debilidades tan notables de sus opositores. Desde la clandestinidad complota contra el país tal como el senderismo hacía por intermedio de estancos, células desconocidas entre ellas, pero dentro de una estructura totalitaria. Cerrón ha establecido sistemas de comunicación abiertos y leales al marxismo que profesa. Tiene seguidores totalmente adoctrinados. En las actuales circunstancias, con orden de captura y recompensa por señalar su ubicación, los que también juraron sujeción, tienen el deber de proteger a cualquier precio a su líder.
El que, en efecto, hizo presidente a Pedro Castillo, trama contra la limpieza de las próximas elecciones. Estuvo preso en Huamancaca (Huancayo) y habrá jurado nunca más volver ni de visita. Ni tonto ni perezoso, creó lugares de acogida, anticipándose a persecuciones y adversidades. Esto lo distingue en un país convulsionado por décadas. Esto ignoran los personajillos jugando a la política.
Por otro lado, Boluarte, al aceptar la continuidad constitucional de la Presidencia de la República, rompió con Perú Libre y el senderismo. Nunca fue cuadro marxista confiable. Cero en ideología. La población está, entonces, bien representada. La presidenta Boluarte es del promedio ciudadano. Leve, mediana y, por tanto, fiel reflejo nacional. No se quejen. Es de las nuestras, tendría que decir más de medio país. Ostenta reloj y joyas para presumir, exactamente como los otros exhiben sus pequeñas victorias.
Los paros violentos no son contra Boluarte, son contra el sistema democrático y económico que le devolvió la esperanza a Perú.
Boluarte encarna ese modelo pero a medias tintas. Apuesta por más agroexportación y agua con Majes Siguas II, y más divisas con el cobre de Tía María.
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego se encargará del proyecto hídrico y el Mministerio de Energía y Minas hace esfuerzos por la viabilidad del proyecto cuprífero.
Es más, el Ejecutivo es contrario al nombramiento automático de profesores en los colegios públicos. Ha observado el desafortunado proyecto aprobado en el Congreso, votado por personajillos útiles al extremismo. La artillería izquierdista apunta contra Boluarte porque abandonó – también a medias tintas – los planes estatistas y totalitarios de Perú Libre.
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