Los organismos internacionales confirmaron el inicio del fenómeno de El Niño a nivel mundial. En nuestro país, especialistas del Senamhi advirtieron previamente que ello traerá lluvias intensas en el norte del país y sequía en el sur. Esto se acentuará sobre todo entre los últimos meses de este año y el primer trimestre del 2024. Estos avisos se conocen con tiempo, esperemos que esta vez se puedan prevenir tragedias.
Este panorama obliga a nuestras autoridades a ir contra el reloj para implementar las medidas de atención ante posibles desastres. Recordemos que El Niño ya nos ha golpeado de manera severa en repetidas ocasiones (por ejemplo tenemos lo ocurrido en los años 2017, 1998 o en la década de los 80). Las lecciones están ahí y solo queda aprender del pasado para no repetir los mismos errores en el futuro.
Si es que no se adoptan las medidas del caso, se volverían a presentar los mismos problemas que han dejado golpeados a los diferentes sectores (económico, social, educativo, etc.). En anteriores oportunidades se registraron pérdidas y la reacción fue tardía en gran parte de nuestras autoridades.
A esta situación debemos agregar los otros problemas que atraviesan tanto las regiones norte y sur del Perú. En la primera se tiene el avance del dengue con más de un centenar de fallecidos y miles de infectados. En la segunda el impacto de las heladas y las bajas temperaturas ya comenzó a dejar estragos.
La advertencia está dada. Diversos especialistas coinciden en señalar la necesidad de estar preparados y evitar nuevos desastres. Es cierto que la naturaleza es más fuerte pero si tomamos las previsiones del caso podemos disminuir los daños y así evitar que se den muchas pérdidas que no nos dejen salir de la crisis.
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