En cuarto intermedio se encuentra la propuesta que prohíbe el matrimonio infantil en el Perú. El argumento de nuestro Congreso es que se necesitan corregir todos los aspectos posibles de esta norma para evitar que se consumen uniones de este tipo que ocasionarían daño en la sociedad.
Lo cierto es que en pleno siglo XXI no puede ser posible que se contemplen las alternativas de unir mediante el vínculo del matrimonio a personas menores de edad. Peor aún, que existan parlamentarios como José Balcázar que destacan con naturalidad la posibilidad del casamiento. Encima señala que es lo más natural del mundo.
Lamentablemente, cada declaración de este legislador parece socavar aún más el desprestigio de nuestro alicaído Congreso. Recordemos que se trata del mismo parlamentario que propuso el licenciamiento permanente, eterno, perpetuo y todos los adjetivos que se podrían imaginar para algo tan delicado como la supervisión de le enseñanza. Para nuestro ‘Padre de la patria’ no existe la posibilidad de mejora continua pues con lo hecho hasta ahora bastaba para hablar de una educación universitaria de calidad.
Volviendo al tema del matrimonio infantil, Balcázar señala que en la sierra se trata de una costumbre arraigada. Por opiniones como esta es que se requiere que la norma que prohíbe esta unión sea lo más contundente posible para evitar que se le encuentre algún atisbo de debilidad que permita casar a niñas y/o adolescentes. Por todo lado resulta lamentable.
Si podemos agregar un ingrediente más contra la propuesta del legislador Balcázar, debemos decir que se necesita que nuestros parlamentarios también fijen miradas a la actual situación que vive el país por la inseguridad ciudadana. El Perú de verdad necesita ver mejores propuestas para su desarrollo.
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