La figura de los Reyes Magos, evocada en la homilía del papa Francisco en 2019, ofrece una lección poderosa para una sociedad como la nuestra, enfrentada a crisis como la corrupción que azota Arequipa. Los Reyes Magos no discuten ni buscan protagonismo; caminan juntos con determinación, entran en la casa de Jesús y se inclinan con humildad ante Él. Este ejemplo resalta valores que hoy parecen ausentes en muchos líderes: unidad, respeto por lo trascendente, lucha contra la corrupción y disposición al cambio.
Recordemos que en 2024, Arequipa enfrenta más de 600 denuncias de corrupción en el gobierno regional y sus municipalidades, muchas aún en etapa preliminar. Las investigaciones contra el gobernador Rohel Sánchez por presunto nepotismo y sobre irregularidades en adquisiciones públicas, como la compra de patrulleros y cisternas, son ejemplos de cómo los intereses personales han distorsionado el servicio público.
Imitar a los Reyes Magos significa actuar con valentía y humildad frente a estos desafíos. Al igual que ellos, necesitamos caminar juntos, inclinarnos ante los valores fundamentales de justicia y transparencia, y estar dispuestos a corregir el rumbo cuando sea necesario. Solo así podremos superar la sombra de la corrupción y construir una sociedad más equitativa, donde las instituciones sirvan verdaderamente al pueblo.
No basta con señalar culpables; es necesario transformar nuestras prioridades colectivas. Recordemos que los Reyes Magos dejaron de lado sus propios planes para seguir la estrella, así debemos exigir a nuestras autoridades que abandonen intereses personales y trabajen por el bien común, mientras nosotros, como ciudadanos, asumimos una postura vigilante y participativa.