Son al menos diez congresista que oficialmente fueron denunciados por recortar remuneraciones a sus trabajadores. Sin embargo, poco se avanzó en las sanciones contra nuestros “Padres de la patria”. Más allá de una amonestación, la diferencia es muy notoria cuando se trata de evaluar esta falta que atenta contra los derechos fundamentales de quienes necesitan trabajar.
Todo mantenía este orden hasta este fin de semana, cuando el legislador Jorge Flores Ancachi, muy suelto de huesos señaló que otros colegas suyos estaban metidos en este espinosos tema. Sin mayores pruebas soltó nombres vinculados con parlamentarios provenientes de las Fuerzas Armadas (dígase Jorge Montoya, José Williams y José Cueto a quien simplemente se refirió como ‘pelao’).
Esta situación despertó la furia de los aludidos. Jorge Montoya no titubeó cuando calificó a Flores Ancachi como delincuente, José Cueto agregó que junto a sus colegas iniciarán los procesos en lo administrativo y judicial para que hayan las sanciones del caso. Lamentable resulta que su indignación apareciera recién al verse tocados en sus fibras más sensibles por ser incluidos en el grupo de los ‘mocha sueldos’ de manera gratuita.
Esta situación nos hace desviar un poco del tema central. En el Congreso todavía no se trabajan sanciones más duras contra quienes privan de parte de sus remuneraciones a trabajadores del Legislativo. No hay un avance notable y solo cuando surgen los enfrentamientos en el ámbito personal, aparecen los anuncios de diligentes procesos más drásticos contra los infractores.
Esperemos que esta situación marque un punto de quiebre. Que todos los legisladores hagan un acto de contrición para sancionar severamente, tras una profunda investigación, a los ‘Mocha sueldo’ que, cual epidemia, aparecen uno tras otro en el firmamento congresal.