A nuestra Arequipa resulta tan difícil describirla, que en ocasiones solo queda decir que siempre ha sido un sentimiento cálido como sus volcanes, diáfana como su cielo y cuajada de verdes esperanzas como su campiña.
Desde que nacimos respiramos los aromas inconfundibles de libertad, de solidaridad y respeto por todo ser viviente; porque siempre nos alimentamos de aquel árbol pletórico de sabiduría y valores que nos ofrecieron las manos generosas de nuestros antepasados.
Por ello, cuando los vientos ariscos de la vida nos arrastran a tierras lejanas, los sentimientos por aquel paraíso siguen incólumes, como nuestra fe por su prosperidad.
Una prosperidad que lastimosamente se va quebrantando conforme avanzan los años, porque quienes van tomando la posta de mando en las instituciones gubernamentales están traicionando la historia y él debe ser del presente y futuro.
Revisemos un listado de los grandes desafíos pendientes.
Majes Siguas II, siga siendo una quimera. Las 38,500 hectáreas que deberían cultivarse desde el 2017, siguen siendo un arenal por los graves desaciertos y negligencias de nuestros gobernadores y consejeros. Y desde el año pasado, también de la señora Boluarte. Nadie le dice al pueblo que el proyecto seguirá paralizado hasta que el arbitraje en el CIADI se resuelva.
Los 50 mil habitantes de la provincia de Islay siguen esperando la adecuada potabilización de las aguas provenientes del río Tambo, porque según testimonio del gerente ambiental de Arequipa, Fernando Mejía, están contaminadas de metales muy dañinos para el ser humano, como el arsénico, el boro y el cadmio, durante 40 años.
En la atención médica, los hospitales Goyeneche y Honorio Delgado, por ejemplo, deben edificarse nuevamente, con infraestructura, equipos y presupuestos adecuados.
El nefasto caso de la carretera Arequipa – La Joya, genera vergüenza ajena. Se requiere con urgencia autopistas que unan Arequipa con Matarani, Camaná y Juliaca.
Otra tarea pendiente está en manos de nuestras universidades. Deben elevar sus niveles de enseñanza y exigencias pedagógicas. La educación es una herramienta sustantiva.
El listado de desafíos incumplidos en largo. El deficiente transporte público, la ausencia de un plan regulador que ponga fin a las invasiones y tráficos de terrenos, el resquebrajamiento moral y ético de la población y el incremento delincuencial, son parte de las tareas pendientes. En este 485 aniversario, redoblemos la esperanza y la fe.