La Federación Peruana de Fútbol (FPF) es el máximo ente que rige los destinos del balompié en nuestro país. Su principal finalidad es darle el impulso profesional que necesita el denominado más popular (y con más marketing encima) de los deportes. Sin embargo, al igual que otras actividades, se ha visto envuelto en una serie de actos irregulares que siembran más dudas entre la afición.
Todos recordamos el caso Fifagate, donde altos directivos de la FIFA fueron intervenidos por negociar por debajo de la mesa la venta de derechos televisivos de grandes torneos. Esto fue un fenómeno a nivel mundial y dejó muchas dudas sobre el manejo del máximo organismo del fútbol a nivel mundial.
Si nos vamos al tema nacional, tenemos a dos expresidentes de la FPF involucrados en ‘movidas’ irregulares. Manuel Burga fue el primero de ellos, pues se le vinculó al caso Fifagate. Posteriormente su sucesor, Edwin Oviedo, también acabó en la cárcel. En este último caso se trata de acusaciones por pertenecer a una organización criminal en el norte del país.
Ahora tenemos a Agustín Lozano. Es investigado por formar parte de una organización dedicada presuntamente a una serie de negociados con dinero de la FPF para satisfacer temas personales y de poder. Con él fueron intervenidos integrantes de las altas esferas de la administración del fútbol. El caso tiene para rato y todo hace indicar que se vendrían más investigaciones sobre los manejos de los recursos del balompié nacional.
El poder es muy seductor y salirse de control para todos. Veremos si es que ello se repite en este nuevo caso que involucra a quienes se encargaban de regir los destinos del fútbol peruano.