Desde el nacimiento hasta la etapa de la adolescencia no se toman decisiones, por el grado de madurez y crecimiento en el que se encuentra el ser humano, pero si nosotros no dejamos desarrollar la autonomía quizá las decisiones más importantes sean equivocas, debido a que a los 16 años les pedimos que tomen la decisión de su vocación, donde no se deben equivocar ya que de ello dependerá su futuro.
La libertad en esta etapa esta limitada ya que nosotros decidimos todo incluso la forma de vestirse de nuestros niños y jóvenes, los enviamos al colegio donde deciden por ellos por ejemplo las asignaturas que deben estudiar y no potenciamos sus capacidades, limitando a una educación de transmisión de conocimientos y preparación para un examen de admisión a la educación superior, incluso les imponemos los libros de acuerdo a ciertas editoriales y la lectura es a los gustos de los directivos o docentes, cuando se organizan actividades ellos no desarrollan sus habilidades, estas deben ir de acuerdo a las decisiones de los adultos incluso cuando bailan; se les quita cursos como educación física que permite el desarrollo psicomotriz que le servirá a la hora de desarrollarse como profesional, y el curso de arte esto hace que se limite el desarrollo del pensamiento creativo.
Se debe tomar en cuenta que la libertad es una responsabilidad la cual se tiene que valorar y no caer en el otro extremo donde los niños y jóvenes pueden hacer lo que quieran sin límites, que hoy vemos en gran parte de la sociedad, enseñar a desarrollar la autonomía implica ser consciente de cada una de sus acciones, por eso es necesario una educación integral que tenga como base los valores morales, y se enseñe a reflexionar a través del pensamiento crítico, entonces podrán resolver estas tres grandes preguntas ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Hacia donde quiero ir?, esto hará que su vocación vaya de acuerdo a sus capacidades y no tengamos una sociedad con profesionales frustrados.
La vocación es amar lo que hago y no solo buscar una carrera que me de dinero así no me guste lo que hago, en este mundo competitivo nuestras generaciones deben aprender a tomar decisiones, resolver problemas y asumir con responsabilidad sus actos, no podemos limitar su libertad, solo orientarlos y potenciarlos en lo que les gusta, motivándolos a ser lideres en el campo laboral y tener una visión transformadora que les permita cambiar la realidad en la que vivimos, la educación debe tener características propias que orienten al desarrollo de la persona con metodologías activas que permitan a nuestras generaciones lograr un diseño de pensamiento capaz de transformar y desarrollar nuestro país en este sistema global en el que vivimos