Érase una vez un gobernador regional que soñaba con ser la persona más poderosa del país llegando a la Presidencia de la República. Para ello formó un partido político con una ideología vinculada a las propuestas de izquierda y lo llamó Perú Libertario para consolidar el nombre posterior fue Perú Libre.
Ese hombre era Vladimir Cerrón quién con la imagen de un profesional en la medicina que ayudaba a los más necesitados logra obtener la aceptación popular y ser elegido como gobernador regional de junín. De esta manera comenzaba su carrera en búsqueda de la consolidación política.
Uno de sus proyectos emblemáticos fue la construcción de un aeródromo en su región que a la postre iba a convertirse en un aeropuerto internacional.
Lamentablemente pasaron los años y tras dejar el cargo, el proyecto quedó en nada. Una demostración más que solo habla y no ejecuta, motivando únicamente el inicio de un proceso judicial por colusión.
Mientras tanto Cerrón intentó avanzar con la consolidación de su poder político logrando que el partido que él fundó lo lleve a ser presidente, pero a través de un profesor de provincia llamado Pedro Castillo.
Sin embargo, en el fondo nuestro aludido mantenía su cuota de poder originando críticas de parte de propios y extraños. Así avanzaron las cosas hasta diciembre del año pasado cuando el docente natural de chota cajamarca dejó el poder al intentar un golpe de Estado.
Hace algunos días finalmente fue emitida la sentencia contra Vladimir Cerrón por el anteriormente mencionado aeródromo así se comprobaba que aquella persona con intereses de llegar al poder había cometido una serie de irregularidades con un solo proyecto de envergadura regional y nacional. Y aunque tenía la intención de ser presidente, la medida dictada por el Poder Judicial en su contra nos genera un respiro y la tranquilidad de saber que felizmente no alcanzó el más alto cargo pues quien sabe qué hubiera hecho en el gobierno de turno.