Opinión

La inmortalidad sin Dios y la Torre de Babel

post-img
DIARIO VIRAL

DIARIO VIRAL
[email protected]

Un micrófono abierto en Pekín, durante el desfile por el 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, dejó escapar una verdad incómoda: los autócratas desean ser inmortales, aunque deban torcer la historia para justificarlo. Mientras exhibía su arsenal y proclamaba un orden alternativo al mundo, China se presentó como dueña del tiempo y del relato. La anécdota revela la tentación de todo poder: jugar a ser eterno.

Pero la inmortalidad, más que un proyecto político, ha sido siempre un anhelo humano. Desde las momias egipcias hasta los algoritmos que hoy prometen preservar conciencias en nubes digitales, el hombre ha buscado escapar de su límite más inexorable: la muerte. Lo hizo también en la Biblia, en la Torre de Babel, cuando los hombres pretendieron levantar una obra que llegara al cielo para hacerse un nombre y no ser olvidados. El castigo fue la confusión y la dispersión, metáfora viva de la soberbia que divide.

Hoy, la ciencia ofrece nuevos ladrillos para esa torre: telómeros rejuvenecidos, fármacos senolíticos, criogenia o la promesa de subir la mente a un soporte digital. Son distintas lenguas en un mismo empeño: negar la condición mortal. Pero cada avance trae consigo nuevas fragmentaciones. Unos sueñan con congelar cuerpos, otros con reprogramar genes, otros con volcar memorias en servidores. Es la repetición moderna del mito: múltiples lenguajes, una misma arrogancia.

Putin, que se declara cristiano ortodoxo aunque su fe parezca más cultural que espiritual, y Xi Jinping, ateo convencido, comparten esa aspiración de eternidad en el poder. Quieren inscribir sus nombres en la historia como intocables, como si pudieran vencer el tiempo. Olvidan, sin embargo, que ni la tecnología ni el poder político aseguran trascendencia. El recuerdo puede preservarse en monumentos o discursos, pero la eternidad pertenece solo a Dios.

Desde la fe, sabemos que la verdadera inmortalidad no se compra con biotecnología ni se descarga en un servidor. La inmortalidad es don gratuito, fruto de la resurrección y la vida en Cristo. Todo intento de fabricarla con medios humanos corre el riesgo de repetir Babel: una torre levantada no hacia Dios, sino contra Él.

Quizá la advertencia siga siendo la misma de hace milenios: cuando la ambición humana se disfraza de eternidad, lo que nos espera no es la gloria, sino la confusión. Y así, entre arsenales exhibidos en Pekín y promesas de vida eterna en laboratorios, el mundo parece olvidar que la verdadera trascendencia no se mide en años, ni en poder, ni en tecnología, sino en la eternidad del alma.

author-img_1

Diario Viral

Redacción

Somos una multiplataforma digital. Desde Arequipa, te ofrecemos las mejores noticias locales, nacionales e internacionales. Somos los creadores del primer diario digital gratuito de la Ciudad Blanca.

Articulos Relacionados