La actual gestión municipal de Arequipa ha dejado mucho que desear. La falta de planificación, transparencia y verdadera vocación de servicio han sumido a nuestra ciudad en el caos y la incertidumbre. El tráfico sigue siendo un problema sin solución, las obras públicas avanzan con lentitud extrema y la inseguridad ciudadana crece sin un plan claro para combatirla. Mientras tanto, las autoridades parecen más preocupadas por los titulares y la imagen que por el bienestar real de los arequipeños.
El comercio informal ha tomado las calles del centro histórico, deteriorando nuestro patrimonio y afectando a los comerciantes formales que cumplen con sus obligaciones. A ello se suma la falta de fiscalización en el transporte urbano, donde el desorden y la precariedad siguen poniendo en riesgo a miles de ciudadanos cada día. ¿Dónde está la autoridad municipal cuando más se la necesita?
Es momento de tomar nota para un cambio verdadero. No podemos seguir tolerando una administración que no escucha a su gente ni atiende las necesidades reales de la ciudad. Como un ciudadano comprometido con el futuro de Arequipa, propongo una gestión basada en la eficiencia y el trabajo en equipo. Es urgente la implementación de un plan integral de movilidad urbana que incluya un transporte público moderno y seguro. Además, se debe fomentar la inversión en infraestructura vial y la recuperación de los espacios públicos.
Asimismo, la reactivación económica debe ser una prioridad. Apoyar a los emprendedores locales, promover ferias comerciales y ordenar el comercio ambulatorio con soluciones inclusivas permitirá que Arequipa vuelva a ser una ciudad próspera y ordenada. La seguridad ciudadana también debe ser reforzada con tecnología de punta, patrullaje efectivo y mayor coordinación entre la policía y serenazgo.
No podemos seguir esperando. Arequipa merece liderazgo con visión y compromiso real. ¡Por ello desde esta tribuna seguimos trabajando por Arequipa!
.jpg)
.jpg)
.jpg)
