Cuando la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), nominó a Arequipa como sede del Campeonato Sudamericano Sub-20, nos cayó como sorpresa, porque ahora sí, a excepción del estadio de la UNSA, nuestros escenarios no están preparados para el desarrollo de un certamen continental de tal envergadura.
La decisión de la Conmebol de quitarnos la sede del Campeonato Sub-20 es un duro golpe para Arequipa, que ya demostró su capacidad organizativa en eventos anteriores. He sido testigo de excepción de los últimos campeonatos sudamericanos de fútbol Sub-17 y Sub-20, en la jefatura de prensa del COL, en los cuales poco o casi nada fue el aporte del gobierno.
Por eso nos alegró la aprobación de una inversión de algo más de 20 millones de soles de presupuesto para el mejoramiento de los vetustos estadios Melgar y Umacollo, que por décadas no reciben mantenimiento.
Sin embargo, la pérdida de la sede del Sudamericano Sub-20 no solo implica una oportunidad perdida para mostrar al mundo nuestra ciudad, sino también un retroceso en el desarrollo deportivo de nuestra región.
La inversión de 20 millones de soles, destinada a mejorar nuestra infraestructura deportiva, quedó en el aire, dejando en evidencia la falta de planificación y la precariedad de nuestros escenarios deportivos.
Celebramos la rápida respuesta del IPD local y de algunas autoridades que han alzado la voz para exigir la ejecución del presupuesto destinado a mejorar nuestras instalaciones deportivas. Sin embargo, es fundamental que todas las autoridades se unan a este llamado y garanticen que los recursos se destinen de manera eficiente y transparente.
No podemos permitir que la segunda ciudad del Perú siga esperando por una infraestructura deportiva adecuada. Es hora de actuar, porque invertir en el deporte, es invertir en el futuro.
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