“Hijito, debes leer porque es importante para tu vida” oí que una mamá le decía a su hijo. Así como ella muchos padres reconocemos que la lectura es trascendente para nuestros peques, aunque poco nos involucramos para ser mediadores del amor y placer por esta actividad.
Los libros y la lectura contribuyen en el proceso formativo, permiten conocer el mundo que los rodea, imaginar, viajar y descubrir. Cuando leemos adquirimos conocimiento y es un hábito que podemos adquirir con constancia.
Leer crea satisfacción, emoción, calma y placer si es realizada sin obligación o como castigo. Los padres podemos ayudar en este proceso aún si nuestro peque no sepa leer, siendo el ejemplo, comprando libros de preferencia de nuestros hijos, llevándolos a librerías, ferias de libro y actividades relacionadas al mundo de la lectura, escritura y oralidad, por ejemplo: los cuentacuentos, talleres de origami o kirigami, teatro, talleres de dibujo, pintura u otros.
También, aporta que los adultos dediquemos un momento a diario para leer junto a nuestros niños, compartiendo lo leído, teniendo en cuenta sus gustos y preferencias, haciendo de la lectura un momento de placer y satisfacción que lo motive a repetir la experiencia cada día.
La tarea no es fácil por la carga laboral, los pendientes de la casa, los problemas y preocupaciones, aunque, bien valen la pena sembrar cada día con unos minutos diarios ese gusto por la lectura que de seguro cosechará como logros en la vida futura de tu niño o niña.
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