Correrá más sangre si Nicolás Maduro pierde el poder. El régimen chavista no caerá por manifestaciones, declaraciones de buena voluntad y denuncias de crímenes. Las recientes movilizaciones populares pueden enfriarse por falta de apoyo efectivo y concreto. La retórica cargada de buenas intenciones no resuelve el problema.
Intereses económicos de rusos, chinos, iraquíes y turcos mantienen a la dictadura venezolana. Cuba maneja sus instituciones dentro y fuera del país. Los militares son parte de la mafia, controlan los pozos petroleros. Los cárteles de droga son aliados firmes. La guardia bolivariana y colectivos armados mantienen a raya a la población. Soldados cubanos estarán en Venezuela asesinando a opositores.
En 1917 los bolcheviques tomaron Rusia y anexaron a sangre y fuego otros poblados. La delación es lo primero que promueven las tiranías, las ayuda a mantenerse en el poder. El nazismo lo experimentó con éxito. Jóvenes y niños fanatizados delataron a sus padres. Lo mismo en Cuba con los comisarios de la revolución. “Los mil ojos y los mil oídos” del senderismo fue copia fiel. Durante la época terrorista los comisarios de barrio vigilaban a la gente. Para escarmentar públicamente, los colectivos venezolanos azotan a quien despotrica del régimen, paramilitares privilegiados al servicio de los sátrapas.
Las rondas campesinas y urbanas impulsadas por Gregorio Santos, expresidente de Cajamarca y Pedro Castillo, fueron un plan político.
Una guardia velará por el régimen comunista por venir. Por entonces, se gestaba el gran frente socialista con Verónika Mendoza. Se hizo polvo con Santos, Cerrón y Aduviri apresados por corrupción y otros cargos. Con la fraudulenta elección de Pedro Castillo se preparó la defensa de la patria socialista armada de látigos y machetes. Esa defensa traería sangre y muerte.
El enemigo principal de la democracia y la libertad es el marxismo con todos sus pelajes.
Sin conocer sus debilidades y fortalezas es imposible derrotarlo. Maduro no le teme al cierre de fronteras ni que hablen del descarado fraude electoral.
Ostenta el poder con mucha gente comprometida, beneficiada económicamente y autores de crímenes atroces. Le favorece el doble rasero de políticos y funcionarios extranjeros. Pero lo peor es la ausencia de una fuerza dispuesta a destruir esa fuerza criminal. El excanciller Luis Gonzales Posada fue más allá: Maduro caerá después de una guerra civil y hasta con intervención extranjera.
.jpg)
.jpg)
.jpg)
