Un nuevo ataque aterrorizó a las familias y dejó una persona fallecida en el distrito de Miraflores. Se trata de más de una decena de hechos delictivos de gravedad registrados en los últimos dos meses (asaltos a viviendas y centros comerciales, balaceras, extorsión), una cifra lamentable porque significa que la delincuencia gana terreno en un distrito que antes era considerado tranquilo para la ciudadanía arequipeña.
Si repasamos los anteriores ataques de delincuentes, tenemos el asalto a una distribuidora y un agente bancario en la zona de Alameda Salaverry. De igual manera, se dio un asalto a una tienda ubicada en la calle Sánchez Trujillo.
Lamentablemente estos hechos dan un portazo en la cara a iniciativas que buscaban combatir la delincuencia, por ejemplo, el pago por días de franco para los efectivos que apoyen en la preservación del orden. De igual forma, se tiene la estrategia del Serenazgo Sin Fronteras que promovía el trabajo coordinado entre policías y serenos para combatir la inseguridad.
Sin embargo, los actos criminales aparecen, incluso con mayor incidencia en la sociedad y con presencia policial a la vista.
Para colmo, estos actos delictivos ocurrieron en el distrito recientemente reconocido por su labor al servicio de la seguridad ciudadana. Algo muy paradójico si tenemos en cuenta que en su momento Miraflores fue denominado como “Capital de la seguridad ciudadana”, título que la delincuencia le arrebató.
Nuestras autoridades están contra la pared, pues la ola criminal avanza por todos lados y cada vez de manera más sanguinaria. Los ataques ocurren en pleno día y sin tener en cuenta las personas inocentes que pueden ser afectadas por todo ello.
Necesitamos más acciones frente al ataque de la delincuencia. Evitemos que los facinerosos sigan andando en las calles para aterrorizar a las personas y enlutar a las familias peruanas y de extranjeros.