Converso es la persona que ha cambiado de religión, ideología o corriente y un desubicado es quien no se comporta de acuerdo con las circunstancias y hace o dice cosas inoportunas o inconvenientes.
La señora presidenta de la república volvió a presentarse como la salvadora de la democracia, ante el fallido golpe del 7 de diciembre de 2022. Repitió que recibió un país en serios problemas, generado por un gobierno responsable de una grave crisis de confianza y de la mayor fuga de capitales. Se refiere al gobierno del profesor Pedro Castillo, del cual formó parte la señora Dina Boluarte, como ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
Dijo: “¡Defendimos la libertad! ¡Defendimos el estado de derecho! ¡Defendimos la economía social de mercado, la libre iniciativa privada y el derecho de nuestros ciudadanos al trabajo, al crecimiento y el progreso! Ideales que no los tuvo en tanto fue candidata del partido político Perú Libre marxista, leninista y mariateguista, cuyos ideales, son: la dictadura del proletariado (todos los poderes en el partido comunista camuflado con otros nombres), lucha de clases (odio entre personas: ricos contra pobres, blancos contra los de color, limeños contra provincianos, costeños contra serranos, etc.), violencia partera de la historia (implantar el terror mediante la extorsión, el asesinato y persecución a los que piensan distinto), y, eliminar la propiedad privada (nadie es dueño de nada, todo es propiedad de Estado). De ultraizquierdista se ha convertido a ultraderechista.
El discurso largo, aburrido y repetitivo, incurrió en generalidades, con graves omisiones: Educación, no mencionó los bajos porcentajes de comprensión lectora, razonamiento matemático y deserción escolar.
Educación superior, no propuso qué hacer para que universidades peruanas estén entre las 500 mejores del mundo.
Salud, no habló del déficit de personal médico de especialidades en los hospitales públicos.
Juventud, no ha ofrecido un plan de atención al millón y medio de ninis, jóvenes que ni estudian ni trabajan.
El Gobierno y Congreso ignoran estos problemas; todavía hay elecciones el 2026; lo peor, carecemos de Estadistas; encima, hay 32 partidos políticos inscritos, cuyas dirigencias, están copadas por parientes, compadres y compinches.
¡Estamos perdidos!
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