Chala es el distrito caravileño, de mayor población propia y flotante; de mayor movimiento económico y comercial; está en ruta de la carretera panamericana; con conexiones viales hacia Ayacucho sur (Coracora). Caravelí es la única provincia de la región Arequipa, donde las actividades económicas: agricultura, pesca y minería; coexisten, sin conflicto alguno, y, por decisión de los mismos agricultores, pescadores y mineros; es decir, no requieren de negociaciones largas, tensas y de “toma y daca”, como en otros lugares, entre los involucrados, para invertir, trabajar y producir; situación de tranquilidad productiva, conseguida, reitero por su misma gente, y todavía, sin intervención del Estado.
El milagro Caravelí, no estoy hiperbolizando ni fantaseando, de convivencia entre agricultura, pesca y minería; es posible, porque los actores económicos son pequeños o medianos o independientes empresarios de las actividades descritas, donde todos ellos, se sienten iguales con similares aspiraciones, desplegando grandes esfuerzos para hacerse de una de las citadas actividades. Este hecho social y económico, debe ser estudiado por las tantas universidades de Arequipa, que están encerradas en sus recintos sin mirar a las provincias, encima, se atreven a dar orientaciones a los candidatos a gobernadores regionales y alcaldes provinciales, sin conocer ni investigar a las provincias que también son arequipeñas; ni qué se diga de las ONGs, se crean, para servirse a sí mismas y recibir dinero extranjero, sin contribuir al desarrollo de los pueblos.
El Estado, en sus niveles de gobierno: nacional y regional, no han hecho nada por Chala, no le han resuelto el problema del agua potable, sigue esperando el presupuesto del MEF; el gran Hospital, hasta ahora, no funciona como tal; ese Estado, fue incapaz de prevenir el conflicto luctuoso, con muertos, habido en Atico, hace algunos años; no lo previeron, por corrupción de los burócratas del GRA y MINEM; a esto le llamo Estado ausente, apareciendo, para reprimir, ocasionando una dolorosa muerte y heridos, e impacto psicológico negativo en su población.
Necesitamos un nuevo Estado descentralizado municipalista, que invierta en solucionar problemas, no que se engulle el presupuesto, dejando a las provincias a su suerte. El Estado debe reconciliarse con Chala y Caravelí.