Ya suman dos pedidos al interior del Congreso de la república que buscan la declaratoria en emergencia del Ministerio Público. En primer lugar se tiene el proyecto del legislador Jorge Montoya y ahora se impulsa otra iniciativa desde Perú Libre. Todo con la misma finalidad: retirar a los fiscales supremos con el objetivo de designar a nuevas personas a la cabeza de la Fiscalía.
En este escenario se necesitaría saber cuáles son los motivos detrás de las iniciativas legislativas. Tal vez las medidas en verdad apuntan a reorganizar el Ministerio Público ante las denuncias que surgieron en los últimos días apuntando a la conformación de una presunta organización criminal que se habría gestado en la Fiscalía y el descontento de la ciudadanía hacia este y otros operadores de justicia que, lamentablemente, tienen una imagen muy desgastada y desacreditada.
Sin embargo, no debemos dejar de lado otra manera de pensar. Si se analiza de forma más perspicaz, uno podría pensar que, tras dejar en cuidados intensivos a la Junta Nacional de Justicia, ahora la premisa es tomar el control del Ministerio Público. Todo vale pensar ante nuestra clase política tan variopinta de pensamiento y de todo tipo de acciones.
Actualmente el papel de la justicia está muy venido a menos por culpa de algunas malas personas. Estas priorizaron sus intereses antes que ayudar a la ciudadanía. Por ello surgen pedidos como los del Congreso para que haya una reforma urgente, en este caso, del Ministerio Público.
En todo caso, cualquier iniciativa deberá ser fundamentada de la manera más adecuada y dejarse llevar por tintes políticos como ocurren con otras medidas del Legislativo. Que todo acabe con bien y si es que hay fiscalización, que sea en bien del país. Este se lo agradecerá en medio de tanta necesidad de justicia.