La Virgen de Chapi realizó una visita fugaz a la Ciudad Blanca, llegó a bendecir a los miles de arequipeños que la esperaron en la plaza de Armas y la acompañaron en su recorrido y posterior misa. La cita fue el 31 de mayo. Cerró el mes derramando bendiciones a su paso y conmovió a sus fieles hasta las lágrimas.
No cabe duda que los mistianos tenemos en la Virgen de Chapi a nuestro soporte espiritual, a quien recurrimos ante las dificultades que debemos afrontar cada día y queda demostrada la fe inquebrantable de Arequipa a nuestra mamita.
Por ello, resulta más que comprensible que la plaza de Armas quedó pequeña y tuvo lleno total demostrando por qué somos la Roma de América.
Esa fortaleza que mantenemos para seguir a la Virgen de Chapi en todo momento y en cualquier lugar, debe servir para que la ciudadanía pueda enfrentar todos los problemas que golpean nuestra vida diaria.
Seamos o no creyentes en cuestiones religiosas, tomemos como ejemplo a quienes jamás perdieron la fe en el apoyo y la protección de nuestra mamita.
Arequipa necesita ser protegida. Es desconsolador ver a algunas nuevas autoridades que estaban emocionadas en gobernar, que tenían planes de hacer progresar a la región, pero en pocos meses, esas gestiones ya han sido manchadas por la corrupción, pues fiscales, policías y auditores de la Contraloría acudieron desde municipios hasta el gobierno regional porque hay indicios de personas que quieren beneficiarse económicamente de sus puestos.
Es lamentable que ni a la mitad del año haya tantos presuntos corruptos, pero quedan más de tres años para que este pésimo y vergonzoso inicio de las gestiones vuelva al rumbo del desarrollo. Que las autoridades dejen sus nombres en la historia porque realizaron un verdadero gobierno para su pueblo.
La virgencita de Chapi los bendecirá con más progreso si cumplen con mejorar a su región.