Desconocidos dejaron una corona fúnebre en la puerta de la casa del alcalde del distrito limeño de La Victoria, Rubén Cano. Todo hace indicar que se trata de una nueva víctima de los extorsionadores. Se trata nada más y nada menos de una autoridad edil y por ello se resalta la gravedad de lo sucedido, porque es una muestra de lo que sucede con la inseguridad ciudadana en nuestros días.
Lamentablemente no solo el ciudadano de a pie es el único afectado por la delincuencia. Ahora autoridades también están involucradas entre las víctimas. Ello solo muestra que nuestros gobernantes no han podido dar en el clavo al momento de combatir la inseguridad.
Si esto ocurre a nivel nacional tampoco podemos dejar pasar por alto que en nuestra ciudad la situación está peor. Durante una reunión organizada por la comisión de seguridad del Congreso, los presentes cuestionaron el papel de los policías para atender la ola de criminalidad. Hechos como las tres muertes de extranjeros a balazos la semana pasada corroboran esta premisa.
Si seguimos avanzando veremos que en Arequipa también se han presentado casos de extorsiones. Tenemos, por ejemplo, al empresario de transporte que fue asesinado en Cerro Colorado.
Sus vecinos señalan que tenía problemas con personal despedido recientemente y que pretendía tomar justicia tras ello. Lamentablemente no se pudo lograr justicia ante este lamentable hecho.
En ese contexto siguen apareciendo más casos de delincuencia que acecha peligrosamente a la sociedad. Planes establecidos durante los últimos meses parecen no funcionar.
Mientras tanto, los emprendedores que buscan que la Navidad los ayude a recuperarse ahora deben afrontar que no pueden combatir la delincuencia que, a sangre fría, se esmeran en destruir todo lo avanzado sin importarles los demás.
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