Para los creyentes, el mandato divino es claro: “Amarás a tu Dios con todo tu corazón, fuerza y mente”. No en vano las tres virtudes - la emocional, la física y la intelectual – fueron dadas al hombre para entender y sentir a la humanidad, a la naturaleza, al universo y al mismo Dios.
Las emociones ganan espacios en Navidad. La celebración cristiana recuerda el nacimiento de Jesús, el Cristo, el Salvador, y gran parte de la población mundial se une a la festividad. Oportunidad para manifestar amores sinceros y también meras cordialidades.
Por mandato bíblico, los cristianos están obligados a escudriñar las Escrituras; es decir, a tratar de entender la palabra de Dios pero desde la perspectiva divina y no humana. “Porque da testimonio de mi”, dice el Señor. Y es así que creyentes y no creyentes se habrán preguntado alguna vez sobre el misterio de la concepción y la relación entre María y José, los padres terrenales de Jesús.
Frente a las Escrituras es un error decir “es mi opinión” en lugar de “escrito está” porque por fe, lo escrito es palabra de Dios y la opinión es la postura de la gente, equivocada o no. Frente a la Biblia, huelgan las posiciones personales. Asimismo, vale recordar que la Biblia contiene simbolismos, parábolas y narraciones traducidas del arameo hasta, en nuestro caso, el español. Sobre idiomas, Mario Vargas Llosa dijo que aprendió alemán para entender y sentir el espíritu y la atmósfera creados por los autores alemanes con las palabras ofrecidas al lector. Y la Biblia, en la versión Reina-Valera, genera en los lectores ambientes genuinos contrarios a la versión popular o Latinoamericana. Entonces, las palabras y los contextos – las costumbres hebreas y de los pueblos antiguos – son cruciales para acercarse mejor a los libros bíblicos. El antiguo historiador Flavio Josefo reveló y confirmó hechos en función de la idiosincrasia de esos pueblos.
Volviendo a María y José - sobre su relación de pareja -, para unos, María estaba desposada de José y, para otros - en términos actuales -, estaba comprometida. El ángel Gabriel le anunció a María que concebirá un niño, hijo de Dios, pero María respondió: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Por su lado, enterado José, no quería infamarla y quiso dejarla secretamente; pero en sueños un ángel le dijo: “no temas recibir a María tu mujer, porque en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”.
Las palabras, repetimos, son cruciales y, en este caso, entiéndase por “desposada” a una promesa de matrimonio, por “conocer” a una relación de intimidad y “por tu mujer”, a separada para José.
Más que obligación bíblica, el escudriñar las escrituras (porque dan testimonio de él) y el ponerse en el zapato del Creador, no salvan ni liberan, pero acercan, abren camino al entendimiento y profundizan la fe.
¡Feliz Navidad!