De acuerdo al Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), al menos 35 agrupaciones políticas ya registraron su inscripción y están aptas para participar en el proceso electoral del año 2026. De igual manera, otras 25 se encuentran en trámite para lograr sus registros oficiales y con ello llegaríamos a tener 60 partidos, un verdadero pero nada agradable récord de agrupaciones en el partidor.
Nuevamente nos encontramos ante difíciles circunstancias, pues hablamos que el voto y las preferencias electorales siguen atomizandose y sumiendo al país en una crisis electoral por la gran cantidad de agrupaciones en pugna por su cuota de poder. Ello, lamentablemente, no suma en beneficio del sistema político, hablamos de que quien gane, lo hará con una representatividad mínima. Así, tendremos un gobierno con bajo apoyo y con menor credibilidad, lo cual afecta a las decisiones a tomar en beneficio de los peruanos.
Además, pensando en el elector, si antes estaba mareado con cédulas de votación con menos de 20 opciones, imaginemos elegir al presidente entre 60 posibilidades. Sabemos que como electorado estamos desaprobados, somos fáciles de convencer. Entonces para no buscar a nuestros favoritos entre 60 fotos o recuadros con símbolos, seguro obedeceremos a las recomendaciones tomadas a última hora en la fila para llegar a nuestra mesa de votación. Señores está en peligro el futuro del país, miremos lo que pasó en los últimos diez años.
Sumenos a este problema de la megaoferta electoral que varios de los políticos que se presentarán a comicios tienen antecedentes y son pocos peruanos interesados en elegir bien a sus nuevas autoridades, el resto ya está decepcionado de todo.