Hace décadas, un colega periodista, en cada emisión de su programa, difundía un lema: “El periodismo puesto en manos de gente honesta, es el arma de la verdad”. Los periodistas tenemos como misión la búsqueda de la verdad, amén de la aplicación de otros valores: la honestidad, la solidaridad y el respeto a las leyes, en el ejercicio responsable de nuestra profesión.
Pero, ¿ cuánto cuesta investigar los hechos para encontrar la verdad y difundirla?. Al respecto, viene al caso una antigua expresión del expresidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy: “Cada hombre y mujer viven bajo una espada de Damocles, colgada por el hilo más delgado y que puede cortarse en cualquier momento por accidente, error de cálculo o locura”.
Nos pasa a los periodistas; caminamos sobre una superficie minada, proclive a la persecución y amenaza, de políticos calculadores y adictos al poder.
Solo gobiernos dictatoriales, remedos de monarquías o grupos familiares, enriquecidos con dinero ilícito, producto del saqueo al Estado, restringen las libertades de expresión y opinión. En estas circunstancias, es sano deslindar con quienes utilizan las redes, para distribuir toxinas y contaminar el sagrado ejercicio del auténtico periodismo. Desde que elegimos la profesión, sabíamos que mantener una línea imparcial, libre, e independiente, es más que un reto; se trata de un lujo que debemos mantener.
Por lo escrito, es conveniente apartarse de las personas ruidosas y tóxicas que, no siendo periodistas, se muestran como si lo fuesen; son quizá leales a sus debilidades y, van por el mundo, recogiendo las migajas que sus amos arrojan debajo de las mesas. Esas prácticas no son propias de los auténticos periodistas. Lamentablemente hay una ley que se ha quedado como una mácula abominable en Perú: “La ley Torres y Torres Lara”.
Hoy, es el Día del Periodista Peruano y, no tenemos nada que celebrar; es urgente, más bien, reflexionar con relación al centenar de periodistas denunciados, en el presente año 2025. Es cierto, como refiere el decano del Colegio de Periodistas de Arequipa, Héctor Mayhuire Rodríguez que, siempre ha habido agresiones a periodistas; de acuerdo, pero hay que controlar esta vorágine de persecuciones, de parte de autoridades que no comprenden que el periodismo es fiscalizador por antonomasia.
No olvidemos las dos muertes de colegas, en pleno ejercicio de su labor. El periodismo investigativo, en todas partes del mundo, es altamente riesgoso; pero no admitamos, como normal, el “delirio” de quienes, siendo autoridades, tienen animadversión a los periodistas. Lo que ocurre es que a algunas autoridades les escoce la piel, cuando cometen faltas, errores, delitos y son denunciados por el periodismo. Por ello, hoy 1 de octubre 2025, los periodistas de Perú, reflexionamos sobre el riesgo de buscar la verdad.