La implementación del plaqueo en el centro histórico de Arequipa, junto con la renovación del Setare, representa un esfuerzo por mejorar la movilidad y preservar nuestro valioso patrimonio. Sin embargo, surgen preguntas legítimas sobre la eficacia y el impacto de estas políticas.
El plaqueo, diseñado para restringir el acceso vehicular a esta zona emblemática, busca reducir la congestión, mitigar la contaminación y proteger la infraestructura histórica. A primera vista, parece una propuesta lógica, pero ¿es esta medida la mejor solución para los problemas que enfrentamos? Los ciudadanos y comerciantes señalan que la falta de alternativas reales pone en desventaja a quienes dependen del transporte privado, generando incomodidad y posibles impactos económicos negativos.
Mientras tanto, el Setare, cuyo objetivo es establecer un marco regulador más estricto para el transporte público de taxi, ha sido criticado por ser demasiado exigente para ciertos transportistas. ¿Acaso estas políticas están penalizando más a quienes intentan cumplirlas que a quienes operan fuera del sistema formal como los aplicativos?
Estas medidas no pueden verse de manera aislada. Si el objetivo del plaqueo es reducir el uso de vehículos privados, debería ir acompañado de un transporte público eficiente, accesible y de calidad. Sin esta base, el plaqueo se convierte en una restricción que afecta a los ciudadanos sin ofrecerles soluciones viables. Por otro lado, un Setare que no integre las necesidades reales de los transportistas genera un riesgo de exclusión, incentivando indirectamente la informalidad y el uso de aplicativos foraneos.
Es necesario reflexionar: ¿son estas políticas adecuadas para el contexto de Arequipa? ¿Se han tomado decisiones considerando la realidad económica y social de nuestra ciudad? Las autoridades deben abrir espacios de diálogo con todos los sectores afectados y garantizar la transparencia en los procesos. Solo así lograremos un equilibrio entre regulación, movilidad y desarrollo.
Arequipa necesita soluciones inclusivas y sostenibles que beneficien a todos, no políticas que dividan y generen más problemas que soluciones.