El reciente anuncio del alcalde de Arequipa sobre la construcción de tres intercambios viales parece más un acto de campaña que una respuesta responsable a las necesidades urgentes de la ciudad. Y es que los recursos para ejecutar estas obras ya estaban disponibles desde 2023. Ese año, Caja Arequipa entregó más de S/ 42.8 millones a la Municipalidad Provincial, correspondientes a las utilidades del ejercicio 2022. En 2024, la comuna recibió S/ 31.4 millones adicionales y, este mes de junio de 2025, se concretó una nueva transferencia por S/ 43 019 466.00, fruto de las utilidades del 2024.
En total, la municipalidad ha recibido más de S/ 117 millones en solo tres años, exclusivamente por concepto de dividendos de Caja Arequipa. Sin embargo, durante todo ese tiempo, no se inició ninguna obra vinculada a los intercambios viales anunciados por el alcalde. ¿Por qué no se ejecutaron esos proyectos antes? ¿Dónde estuvieron esos recursos? ¿Se encuentran en alguna cuenta generando intereses, mientras la ciudad sigue colapsando en tráfico?
Lo más grave es que, según reportes públicos (consulta amigable MEF), a fines del 2023 la MPA mantenía más de S/ 70 millones sin ejecutar. Recursos públicos que no cumplen su propósito mientras los problemas de Arequipa se agravan.
La ciudadanía merece una explicación. No se trata de anunciar obras, sino de rendir cuentas: ¿por qué se esperó tanto?, ¿por qué recién ahora?, y sobre todo, ¿dónde están las utilidades de la Caja que son patrimonio de todos los arequipeños? Ante esta situación, la ciudadanía tiene el derecho de conocer con detalle el destino de cada sol invertido, reclamando respuestas y un compromiso genuino con el bienestar colectivo que trascienda los actos de campaña electoral. Esta demora en invertir los recursos disponibles afecta el desarrollo urbano y genera desconfianza en la gestión, demostrando una planificación deficiente y prioridades desorientadas.
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