El inicio de un año nuevo debe traer esperanza de cambio, mejora de salud, trabajos mejor remunerados, éxito y unión familiar, es lo que deberíamos esperar los peruanos; sin embargo, se nota en las calles y hogares un pesimismo, pareciera que nos acostumbramos a aceptar nuestra realidad rodeado de corrupción, falta de valores éticos y morales y con una clase política que gobierna en favor de sus intereses ideológicos y no se preocupa por las verdaderas necesidades de los ciudadanos.
El año nuevo debe representar un cambio en cada uno de nosotros, recuperemos la esperanza, no seamos pasivos ante esta realidad que no garantiza un buen futuro especialmente de nuestras generaciones que vienen, uno de los grandes compromisos que tenemos, es elevar nuestra autoestima, creer en nosotros y nuestras capacidades, asumir responsabilidades siendo más reflexivos e indagadores para que no nos sigan engañando. Es necesario optar un cambio de actitud para que este inicio de año no solo sea el abrazo de las 12 los buenos deseos y la continuación de la misma historia.
En nuestra inteligencia y manos está nuestro futuro, aprendamos a tomar decisiones correctas, a resolver problemas y tener un verdadero liderazgo en nuestra vida, como trabajadores, amigo, padres de familia, entre otros; es importante asumir un rol constructor, mirar que mediante la cultura y la educación seremos una sociedad distinta capaz de resolver cualquier adversidad, nuestra fortaleza debe ser siempre trabajar en equipo, tener una visión de futuro y la práctica de los valores como la justicia, el respeto y la solidaridad.
Cuando hay problemas estas deben convertirse en oportunidades para corregir los errores, no generemos violencia, seamos una sociedad pacífica, pero inteligente, que nadie nos subestime y crean que no somos capaces de ser protagonistas de un verdadero cambio, solo lo lograremos si hacemos una gran campaña de reconciliación donde olvidemos, todas las heridas y entendamos que pertenecemos a una sola patria que merece ciudadanos honestos y justos, recuperemos nuestros valores que nos heredaron nuestros padres y nuestros antepasados, debemos amar lo que hacemos y ser personas de servicio.
En este año nuevo también debemos ser guardianes de nuestra patria, no permitir que nadie la destroce, debemos asumir un compromiso por la mejora de la educación, ser equitativos en las oportunidades y no dejar a mucha gente en la extrema pobreza por algunos intereses personales que lo único que hacen es atentar contra la dignidad humana, caminemos juntos hacia un cambio, ello nos lo agradecerán nuestros hijos, cuando les demos una patria mejor llena de optimismo.