La División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) nació en el 2016 como un brazo policial en la intervención a organizaciones criminales de alto nivel. Como tal, durante los últimos años, sus integrantes acompañaron en operativos por casos emblemáticos y mediáticos vinculados a la constructora Odebrecht, Los Cuellos Blancos, Los Piratas del Norte, etc.
Sin embargo, transcurridos tantos años, un velo de duda ha comenzado a extenderse sobre este grupo policial. Cierto es que su apoyo fue fundamental para respaldar intervenciones de Fiscalía. Sin embargo, tenemos que, a casi una década de su funcionamiento, no hemos pasado de detenciones preliminares de todo tipo. Es decir, actos que no han llegado todavía a condenas que serían el respaldo final a esta organización policial.
En ese camino resulta llamativo lo señalado por el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, hace algunos días, sobre el presupuesto de 72 millones de soles que recibió la Diviac durante los últimos años. Además, el representante del Ejecutivo deslizó la posibilidad que hubiera uso irregular de los recursos económicos.
Ahora bien, también se puede pensar que existe una intención del Ejecutivo por ‘bajarse’ a la Diviac. Todo es posible en este país donde a todos parece caerles el manto de los cuestionamientos y de las dudas sobre un correcto actuar.
Veremos en qué acaba la novela de la Diviac y los cuestionamientos desde el Ejecutivo. Esperemos que finalmente la verdad salga a la luz. Los peruanos merecen saber si es que este grupo policial, que funciona con recursos del Estado, cumple con los objetivos para los que fue creado.