En diciembre del 2016, se conformó el equipo especial de fiscales, al que se le encargó investigar los actos de corrupción realizados por Odebrecht y otras constructoras, que se favorecieron en licitaciones de obras públicas en el Perú.
José Domingo Pérez, reconocido por unos y repudiado por otros, es responsable de emblemáticas investigaciones que involucran a expresidentes y candidatos presidenciales, como Keiko Fujimori, Toledo y Kuczynski.
El fiscal arequipeño, acostumbrado a ganar titulares y portadas, volvió a ser noticia, esta vez por desaprobar el examen de conocimientos, para adjudicarse una plaza como juez superior, también jalaron otros dos miembros del equipo Lava Jato, además la continuidad de Pérez está siendo evaluada por la Junta Nacional de Justicia.
No es la primera vez que el fiscal desaprueba, en el caso de los cócteles de Keiko Fujimori, actividades que Fuerza Popular organizó para recaudar fondos y solventar la campaña presidencial del 2016, Pérez tomó cuatro años, con un control de acusación de 3, el expediente se lo devolvieron 9 veces por contener fallas, en el caso de PPK, el letrado necesitó 6 años para investigar y durante el proceso de control de acusación, el informe regresó a fojas cero, otra vez por errores del fiscal.
Hoy en revaluación, lo único que Pérez, tiene para exhibir son las resoluciones de devolución y observación de sus casos. Desaprobar un examen de conocimiento pone en cuestión, la capacidad de quien lo rinde, preocupa las investigaciones en curso, y las futuras, por eso haría muy bien, que Pérez presto para privar de libertad a sus investigados, se aplique y se ponga a estudiar y repase lo aprendido.
En este escenario de desaprobados, los medios siguen en caída con su audiencia, peor ahora con el cuestionable desempeño de Fernandini que utilizó el poder y autoridad que se adjudicó al amparo de los micrófonos del medio que conducía, para participar en hechos de corrupción.
Fernandini ha puesto bajo la lupa el ejercicio periodístico, dando la razón a la ciudadanía que reclama objetividad y verdad, a él le bastaron cinco días para compartir mesa con un asesor principal y coordinar el pago de una coima que alcanzó al mismo presidente.
¿Así se conducen detrás de los micrófonos y pantallas?, ¿Es una práctica común?, ¿Las campañas mediáticas para poner y sacar funcionarios, tienen estos fines? Que se investigue, pero José Domingo Pérez no, por favor.
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