Vamos a revisar algunas cifras que nos ayuden a explicar lo que sucede en el país.
Desde el año 2000, a la fecha, la población peruana se ha incrementado en el 30 % pero el presupuesto general de la república creció en el 639 %. Un tema que, por sí, nos reta a formularnos interrogantes que debería ser tarea de nuestras autoridades, en lugar de brindarnos los bochornosos espectáculos que ofrecen cotidianamente.
Sumemos otras cifras macroeconómicas para sustentar posibles respuestas.
En Latinoamérica somos el tercer país con mayores reservas internacionales netas, al acumular la semana pasada, 85 644 millones de dólares, superando en el 947 % las que teníamos el 2000. Si bien se incrementó en el 178 % la deuda externa, desde el 2000, a cada uno de los 34.6 millones de peruanos nos corresponde una deuda de 2586 euros, siendo la más pequeña de Sudamérica.
Ahora busquemos las explicaciones que pretendemos.
El gran incremento presupuestal tiene 3 razones: las políticas centralistas implantadas durante 5 siglos, que generaron gran pobreza social, cultural y económica en el 95 % del territorio nacional. La reducción progresiva de la población rural en el país, del 72 al 20 % en los últimos 85 años. Y las exportaciones que en los últimos 25 años se incrementaron de 6322 millones de dólares, a los 74 664 millones de dólares, en el 2024. Y a los 80 mil millones de dólares que deben concretarse este 2025, considerando que en los 4 primeros meses ya llegaron a los 26 762 millones, implicando un incremento del 26.1 %, con relación al mismo tiempo del año pasado. Logros obtenidos gracias a la minería que aporta el 61 % de las exportaciones y la agroindustrial, que se incrementó en un 26.1 %. Resulta necesario precisar que el cobre ha experimentado un incremento en el valor de exportación del 21 % y del oro, en un espectacular 48 %.
Logros, todos ellos, fruto del trabajo de los peruanos, del capital privado y la estabilidad jurídica sustentada en nuestra legislación.
Resumiendo, nunca los gobernantes tuvieron tanto dinero para apoyar el desarrollo hegemónico del país. No lo consiguen, porque la gran mayoría son improvisados, neófitos y faltos de valores y ética.
Un solo ejemplo grafica el pobrísimo desempeño de los gobernantes de las últimas décadas. En el año 2014 se produjeron 820 denuncias por extorsión. En el 2023, las denuncias por este delito subieron a 22 488, lo cual implica un crecimiento del 2641 % en 9 años. Curiosamente, en el año 2024 sólo se condenó a 21 personas por este gravísimo delito. Sabemos que la cereza que alimenta las extorsiones se llama oro y la patrocinan extranjeros, pero en el fondo, hay responsabilidad en los padres de familia y los profesores porque no inculcan valores sustanciales en nuestra niñez. Por eso crece la ola delincuencial.